Esto no es sexo
- Carlo Piérola
- 26 ago 2017
- 3 Min. de lectura
Acto I
Lu se despertó manoteando el aire. Se levantó, miró en el espejo sus cabellos de espagueti despatarrado en el piso. Lu pasó su mano por esos espaguetis negros y en un estornudo se pasó el día.
“Another day, another dollar” pensó. Lu se acurrucó en su cama y miró la polaroid que la acompañaba bajo su almohada. “Ha pasado tanto tiempo” suspiró. Lu acurrucó sus recuerdos: el lago, la brisa, los lentes de Victoria, las lanchas, los atardeceres, los ojos de Victoria. “Ha pasado tiempo” pensó. Pero Lu sabía que pronto se acurrucaría en esos ojos de Victoria. “Ahora, a intentar dormir”.
Acto acto
“He alquilado una casa por un día en Airbnb: quería tener el control del escenario. Victoria entra. Victoria sabe que entra en mi trampa. Quiero decir, en mis trampas, porque son cuatro: el postre (son frutas, básicamente), la biblioteca, la jardinería y algo de peluquería.
Terminamos de cenar, Victoria ríe. Quiero que ella me tome de las trenzas que me hice en la mañana. Quiero que ella me acerque hasta relamer mi postre. Lo hace. Pasa su rastrillo en un jardín de espaguetis negros. Nos transplantamos hasta un terreno de telas, nos enterramos, nos cavamos, nos despojamos de las malas hierbas.
Entonces la llevo de la mano, viajando, con lentitud, hasta mi libro. Lo abre, hojea sus páginas, se escurre la savia. Busco su biblioteca, abro la puerta separando dos columnas blancas, Victoria deja escapar un chirrido. Abro su libro, hojeo sus páginas, leo sus signos en voz alta. “Tengo que acercarme para leer… estoy sin lentes”, susurro. Aunque esté con la boca llena de pulpa, hablo, rezo y relamo cada vocal pegada a las páginas hasta que haya un deslizamiento y la mata del arbusto de Victoria quede regada de rocío y en mi boca tenga el sabor a lluvia. Entonces me destrenza los espaguetis, pero nos entrenzamos y nos volvemos entrenzar hasta que no queden palabras para jadear en las bibliotecas de ambas.
Entonces... quiero que Victoria se vaya, y que me dé vergüenza estar con el invernadero sin tapar y me tape con una almohada y dormirme manoteando el aire y que Victoria no esté al despertar para no querer cubrirme de nuevo la cara, pero descubrirme de nuevo todo”.
Acto III
Locación: patio de la casa de Lu, pileta de lavandería
Personajes: Lu y la dueña de casa
***
Dueña de casa: “Vecina, ¿no quiere que le ayude a lavar esas sábanas? Así acabamos ant…”
Lu (interrumpiendo): “No se preocupe señora. Yo lo haré esta vez”
***
Lu (pensando): “Yo lo haré esta vez… anoche volví a hacerlo”
Y Lu comienza a lavar unas manchas ubicadas cerca al centro de sus sábanas.
“Eso pasa cuando mis manos se ponen a pensar en Victoria” piensa.

FIN
Brevísimo juego + explicación (realidades imaginadas)
El juego consiste en comentar/mandar mensaje/inbox de porqué el título del cuento es "Esto no es sexo". Los que acierten participarán en el sorteo de un café de la cafe (si, soy pobre). El único requisito es estar suscrito a este blog, cosa que haces en la barra que dice "Suscribirse" acá abajo.
El título de la explicación es "La elasticidad del lenguaje". Con esto, se ve que una palabra como "sexo" puede generar una serie de significados totalmente nuevos que sólo serán aplicados a lo largo de un texto.

Así, "libro" ya no es un "conjunto de muchas hojas depapel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen", sino ya saben qué.
La capacidad del cerebro sorprende: puede interpretar a un signo no sólo bajo su significado usual sino bajo la polisemia que codifique el autor. Y esta polisemia es también escencial en el uso del lenguaje por la belleza del lenguaje.
Así, por un ligero instante, he contruido una mini-realidad imaginaria entre tú y yo entre autor - lector/a en donde hicimos nuevos significados para viejas palabras. (porque era necesario que esta comunidad mínima le de sentido). Esto es algo fascinante de la literatura: es una bestia tejedora de realidades imaginarias, gracias a la función estética del lenguaje.
Espero que les haya gustado el cuento y hayan visto, de manera empírica, lo que es la polisemia, el uso del lenguaje por estética (aunque sea un intento de ella) y se hayan maravillado, como yo, lo que una palabra "paraguas" como SEXO puede codificar bajo ciertos textos.
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