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Hermosura frente al fin del mundo

  • Carlo Piérola
  • 25 nov 2017
  • 2 Min. de lectura

Para Ray Bradbury, famoso escritor de ficción, estamos condenados a lo que yo llamo una muerte "Elon Musk". Es decir, a ir vagando de planeta en planeta, sin esperanza que no es lo mismo que desesperados, hasta que, un ¿día?, alguien decidirá simplemente apagar la nave y ahí se acabará nuestra historia.

(La canción de arriba muestra ese futuro. La paradoja de Fermi es que nunca encontraremos otras formas de vida en el universo por más que existan debido a que se alejan y/o la variación del espacio tiempo entre nuestras civilizaciones)


Ésa es una visión. En el libro "El mundo sin nosotros" vemos a un biólogo, el doctor Doug Erwin, quien afirma "A la larga, los humanos se extingirán [...] Es como la muerte: no hay razón para creer que nosotros somos distintos". Erwin habla con una naturalidad que podría pasmarnos pero, en mi opinión, tanto él como Bradbury proponen algo hermoso: el fin de la conciencia.

(Este es Bradbury, por si acaso)

Veamos esto desde la filosofía. Si viajo en el tiempo y le digo a tu bisabuelo que nunca va a disfrutar de un buen video porno (o de un smartphone, si quieren el ejemplo clásico) no va a sentir esa pérdida. Esto convierte a la experiencia sin smartphone algo positivo, o al menos, algo que no es negativo.


Por último, si le digo a tu bisabuela que no va a sufrir, eso ya es algo positivo. Si sumamos las dos (que no sentirás ni placer ni dolor) llegamos a la conclusión de que no existes. Es decir, no tienes conciencia.


Comparado con la conciencia, la no-conciencia la supera. ¿Por qué? Veamos el siguiente cuadrito cuantitativo:

Como podemos ver, el no existir supera al existir. ¿Significa eso que debemos golpearnos la cabeza y arrancarnos los sesos? No.


Simplemente significa que podemos estar tranquilos frente a la idea de la extinción. La "especie" está sobrevalorada. Si algo aprendí en la materia de Teoría Social de la Comunicación es que somos tan insignificantes en un universo tan grande que ni siquiera ese 0 y ese 1 importan. Como dice la canción "Oda al amor efímero", "podría demostrarse que todo esto es un sinsentido, y aún existirían los caminos".


Sin embargo, si prefiero una extinción frente a otra. Prefiero ver (si descubren la cura a la muerte) (mentira, sería horrible vivir tanto, pero es un ejemplo). Volvamos: prefiero ver las nebulosas rodeando a la humanidad. Ver a personas tan distintas. Con partes robóticas o extremadamente jóvenes... pero tan iguales en la desesperanza. Y entonces decir: ¿Por qué no mandamos todos a la mierda?


Y por primera vez en la historia de la humanidad... que todos, sin excepción, estaremos de acuerdo.

Y frente a la luz de un sol, que no sea nuestro sol, apretar ese botón rojo. Tan hermoso.

Y que una explosión marque nuestro final, como marcó nuestro inicio.

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